Cuento Fantástico: "Escena porteña"

No había peor dolor de cabeza que el de los miércoles. Cuando tenés que volverte a tu casa a las diez de la noche, las mismas cuatro cuadras que hiciste el día anterior se vuelven interminables. Parece inconcebible, pero juraría que en esos momentos las baldosas de Buenos Aires son más rígidas, y hasta les puedo ver una expresión de perversidad. Al llegar al diván de metal agujereado, por un solo segundo la ansiedad baja de volumen. Claro que después se dispara aún mas fuerte al recordar que, seguramente, mi nave de luces rojas seguía lejos.

Pero entre tantas series de miércoles repetidos, hubo uno en el que aquellas escenas que me sugerían sensaciones de inquietud culminaron. Un escuadrón de cuadraditos se redobló sobre mi con ganas, claramente, premeditadas de clavarme sus vértices en el ojo. Levanté la vista sin fe buscando un 160 que me salve, cuando de repente, de atrás de un árbol apareció él. Mezcla rara de pinceladas a mano alzada enmarcadas en óxido. Me sonríe, y me invita a dar un paseo por una escena porteña diferente. Una escena en donde ya no me desesperaba el movimiento de las baldosas, porque capaz solo se me acercaban a bailar. Me quedé a vivir en el cuadro, porque ¿quién podría dejar Buenos Aires desde ahí?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comentario: “El Chico Sucio” de Mariana Enríquez

Comentario: “La Hostería” de Mariana Enríquez