“La Pensión” de James Joyce y la epifanía

Indagando en el concepto de epifanía y repensando a qué me remite, arribé a la idea de que se trata de un momento disruptivo y repentino en la continuidad, en donde algo se abre paso, se revela y se transforma. Cuando nos sumergimos en una epifanía, se siente como si nos transportáramos a otro estado, a uno que quizás siempre estuvo allí, pero al que uno no esperaba adentrarse. Por eso, en este cambio, la epifanía te obliga a reacomodarte, y mirar hacía atrás para así resignificar aquello que no es nuevo, pero habíamos registrado distinto.

En este sentido, podría decirse que la historia de Joyce provee una experiencia “epifánica”. Primero se nos presenta a la señora Mooney y a los distintos personajes que integran su vida, dándonos la impresión de que en ella estará centrado el relato. Además, el título “La pensión”, también parece aludir a que el núcleo principal estará vinculado a esta mujer y a su trabajo en la pensión. Va avanzando la historia, y se empieza a describir su preocupación por la aparente relación entre su hija, Polly, y el señor Doran, uno de los pensionados, haciéndonos expectantes por saber cómo ella resuelve y sobrelleva el asunto. Sin embargo, el narrador comienza a focalizarse en la experiencia de la pareja. El punto de vista de la historia cambia completamente, y nos enfrentamos a un momento de epifanía, en donde el conflicto recobra sentido, y nos hallamos poniéndonos en los zapatos de otras voces. Ya no escuchamos más los pensamientos de la madre, porque el remordimiento y la ansiedad del señor Doran pasan a primer plano. Y, para agregarle a esto, la última escena es una imagen de Polly, envuelta en sus miedos, pero rememorando recuerdos de su relación que terminan por calmarla.

De este modo, comprendemos que la epifanía como recurso literario en la obra de Joyce se trata de un estilo narrativo que trastoca la linealidad y previsibilidad de los acontecimientos. La resolución no cumple con la expectativa que tenemos en el principio. El lector solo en el final acaba comprendiendo el sentido de la historia y da una segunda leída enfocándose en elementos antes insignificantes.    


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